«NO!» Difícil ….pero muy necesario para crecer ;-)

Últimamente hago una reflexión sobre tantas demandas que recibimos para asesoramiento a padres, y también observo mi propio entorno en el que crecen mis hijos y me doy cuenta que realmente nos es muy complicado marcar límites claros a nuestros propios hijos.

ninos_psicoConsidero que es uno de los problemas básicos a los que nos enfrentamos los padres de hoy en día. Mejor o peor, nuestros padres, abuelos, bisabuelos, seguían un criterio sobre qué hacer ante una determinada situación con sus hijos.

Por ejemplo,no había duda de que si habías llegado tarde y tenías que hacer alguna tarea de responsabilidad al día siguiente, tenías que madrugar…es decir, nos enseñaron a someternos a las CONSECUENCIAS NATURALES DE NUESTRO COMPORTAMIENTO y cómo además eran CONSTANTES Y
FIRMES, aprendías y surtía efecto… la mayoría de la veces.

Hoy en día, nos cuesta marcar la frontera y decir NO, o someter a nuestros hij@s a las consecuencias naturales de su conducta, algo imprescindible para crecer en responsabilidad. Pero…¿a qué tenemos miedo, por qué nos ocurre esto?

Creo que se explica por varios motivos:

– PRIMERO, creo que no queremos fallar y en ese intento de no equivocarnos, pasamos por alto muchas cosas y dejamos que el tiempo por sí solo las tape o mejore, cuando esto no ayuda.

-SEGUNDO, enfrentarnos a un «NO» con nuestro hijos no es agradable, no les gusta, no lo aceptan, lloran, patalean, sobre todo al principio. Nosotros al no querer tampoco pasar ese momento desagradable, lo posponemos y dejamos pasar dando muchas oportunidades.

-TERCERO, nuestro miedo a que nuestro hijos no nos quieran porque no les compremos algo que quieren o porque sus amigos lo tienen y ellos no, nos debilita para marcar límites.

-CUARTO, un entorno de «bienestar» de diferentes personas que cuidan al niño, que lo adoran, que lo miman, cómo son los abuelos u otros familiares, que te piden con la mirada que le perdones de nuevo otra consecuencia que crees como padre o madre que tu hijo debe tener….debilitan marcar límites.

Si bien creo que estos factores y seguro que muchos más explican porque nos cuesta tanto mantener nuestra Coherencia educativa y cumplir nuestros principios educativos de forma constante y firme, creo que identificarlos es lo que más nos puede ayudar a mejorar y a realizar cambios.

-¿CÓMO PUEDO MARCAR LOS LÍMITES DE FORMA CLARA A MIS HIJOS?

1. Objetividad. Es frecuente escuchar en nosotros mismos y en otros padres expresiones como ‘Pórtate bien’, ‘sé bueno’, o ‘no hagas eso’. Nuestros hijos nos entenderán mejor si marcamos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. ‘Habla bajito en una biblioteca’; ‘agarra mi mano para cruzar la calle’ son algunos ejemplos de formas que pueden aumentar sustancialmente la relación de complicidad con tu hijo.

2. Opciones. En muchos casos, podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir como cumplir sus órdenes. La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: ‘Es la hora del baño. ¿Te quieres duchar o prefieres bañarte?’. ‘Es la hora de vestirse. ¿Quieres elegir un traje o lo hago yo?’ Esta es una forma más fácil y rápida de dar dos opciones a un niño para que haga exactamente lo que queremos.
Ahora bien, cuidado con extendernos en las opciones, al final el control lo tendrá él.

3. Firmeza. En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Por ejemplo: ‘Vete a tu habitación ahora’ o ‘¡Para!, los juguetes no son para tirar’ son una muestra de ello. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos, y un gesto serio en el rostro.

4. Acentúa lo positivo. Los niños son más receptivos al hacer lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. Algunas represiones directas como el ‘no’, dicen a un niño que es inaceptable su actuación, pero no explica qué comportamiento es el apropiado. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer (‘habla bajo’) antes de lo que no debe hacer (‘No grites’). Los padres autoritarios tienden a dar más órdenes y a decir ‘no’, mientras los asertivos suelen cambiar las órdenes por las frases claras que comienzan con el verbo ‘hacer’.

5. Guarda distancias. Cuando decimos ‘quiero que te vayas a la cama ahora mismo’, estamos creando una lucha de poder personal con nuestros hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: ‘Son las 8, hora de acostarse’ y le enseñas el reloj. En este caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.

6. Explica el porqué. Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños, manifiesta la razón en pocas palabras. Por ejemplo: ‘No muerdas a las personas. Eso les hará daño’.

7. Sugiere una alternativa. Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intenta indicar una alternativa aceptable. Sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. De este modo, puedes decir: ‘ese es mi pintalabios y no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar.

8. Firmeza en el cumplimiento. Una regla puntual es esencial para una efectiva puesta en práctica del límite. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o indispuesto.

9. Desaprueba la conducta, no al niño. Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir ‘eres malo’, deberíamos decir ‘eso está mal hecho’ (desaprobación de la conducta).

10. Controla las emociones. Los investigadores señalan que cuando los padres están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser verbalmente y/o físicamente abusivos con sus niños. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma la situación y contar hasta diez antes de reaccionar. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es contar un minuto con calma, y después preguntar con tranquilidad, ‘¿que ha sucedido aquí?’.

Si seguimos estos consejos e identificamos dónde tenemos que mejorar en nuestra debilidad al marcar límites, estaremos ya en un buen camino de poder ir haciéndolo cada vez mejor.

Para padres que quieren seguir aprendiendo y aplicando técnicas educativas con sus hijos, os dejo un link de gobierno de Aragón para aplicar las técnicas de modificación de conducta más relevantes con nuestros hijos, de gran utilidad pedagógica.

Haz clic para acceder a Portarse%20bien%20I.pdf

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